A pesar de que durante el año veamos florecer diferentes tipos de flores, en primavera es cuando se manifiestan más, ya sea por sus colores o porque asociamos esta estación con ellas. No podemos negarlo, y es que, las flores aportan un extra de alegría si las vemos, ¿por qué no retratarlas?
Hayas fotografiado o no flores anteriormente, os aconsejamos 5 tips a tener en cuenta si os topáis con alguna o si vais en busca de ellas.
1- Hacer las fotos al amanecer
A medida que pasa el día tenemos una luz u otra, pero a primera hora de la mañana es la mejor para este tipo de fotografías. El motivo principal es por la luz que se obtiene, provoca sombras más suaves. Además, el rocío, la humedad de la mañana, deja rastro en las flores reteniendo gotas en los pétalos y hace que aparezcan húmedas.
2- Objetivo macro
Un objetivo macro permite realizar fotografías en primer plano de motivos pequeños, mostrando detalles que cuestan visualizar con el ojo humano. En este caso es ideal para sacar fotos de flores. Te permitirá enfocar a una distancia realmente pequeña, resaltando todos los detalles del cuerpo de la flor.
3- Trípode
Es esencial el uso de un trípode a la hora de fotografiar flores, no solo porque puedes cansarte de sostener la cámara hasta conseguir la mejor foto, sino porque conseguirás una mayor nitidez. Fotografiar a mano alzada provoca unas “mini-vibraciones” que estropean la nitidez. El trípode ayudará mantener exposiciones más largas a ISOs bajos, sin que la foto termine de verse movida.
4- Profundidad de campo
A pesar de que la total nitidez quede espectacular, jugar con la profundidad de campo puede darte resultados muy interesantes y diferentes. Solo hace falta que la parte de la flor que nos interese salga bien enfocada, ya sea el estigma, una parte de los pétalos, … Ten en cuenta que algunos fondos podrían estropear la foto, por lo que el recurso borroso ayudaría a mejorar la captura.
5- Estudiar el encuadre
Antes de retratar la flor estudia bien el encuadre y mira si es mejor encuadrar un plano muy cercano, para destacar pequeños detalles de la flor, o un encuadre más amplio, para tener una perspectiva de la flor en sintonía con el paisaje y lo que la rodea. Según la situación de esta y el tipo de foto que estés persiguiendo, analízalo para obtener el mejor resultado.