Hay destinos que siempre apetecen y, Brasil, es uno de ellos. Aunque he ido en varias ocasiones y he estado en diferentes ciudades, siempre tengo en mente una de ellas: Río de Janeiro. Hoy quiero explicaros mi experiencia allí compartiendo con vosotros mis top 5 rincones imprescindibles de este precioso lugar.
Para empezar, voy hablaros de las dos playas y barrios que me dejaron completamente enamorada y que no os podéis perder. Ipanema y CopaCabana están separadas entre sí por el Parque Garota de Ipanema y el antiguo Fuerte de Copacabana, y ambas son consideradas como unas de las mejores playas del mundo. La primera es sin lugar a dudas la más glamurosa de Río de Janeiro, y el barrio situado junto a ésta recibe su mismo nombre y desprende un lujo y elegancia que os va a dejar boquiabiertos. Además, ofrece una gran variedad de boutiques para aquellos amantes del shopping como yo. El barrio de Copacabana se caracteriza por sus aires bohemios y tiene un encanto muy especial, ya que ha sido la cuna de diversos movimientos artísticos en el país. Esto lo ha convertido en un punto de referencia turística en Brasil.
Sería un pecado ir a Río de Janeiro y no visitar la estatua del Cristo de Corcovado. Es el lugar más famoso de la ciudad y uno de los más bonitos e impactantes del planeta. Antes se podía llegar mediante vehículo propio, pero hoy en día ya no es posible debido la gran cantidad de turistas. Para acceder a ésta maravilla hay un railtrain que sube hasta la cima de la montaña. Una vez arriba, las vistas son espectaculares. Sientes como si la ciudad estuviera “a tus pies” (nunca mejor dicho). Guardaos toda una mañana para disfrutar de él con tranquilidad, merece la pena. Según mi opinión, es mejor ir de día para poder apreciar y analizar el magnífico paisaje.
El Jardín Botánico es otra de las visitas obligatorias a realizar en Río. Situado en los alrededores de la ciudad, es uno de los más antiguos de América del Sur y cuenta con una de las mayores colecciones de plantas del mundo, ¡Más de 40.000 de 6.725 especies diferentes! Parece increíble, ¿verdad? ¡Más lo será cuando lo visitéis! Es una auténtica joya natural ideal para pasear, disfrutar de la naturaleza, hacer un picnic o simplemente relajarse. Tiene más de 80 hectáreas de bosque y otras 50 hectáreas de jardines abiertos al público. Cuando entras, hay una avenida de palmeras que es realmente impactante.
¿Y habéis oído hablar del Mirador de Pan Azúcar? Es un morro situado a 396 metros de altura en la boca de la bahía de Guanabara. Para llegar a él es necesario coger el teleférico realizando dos paradas, lo cual añade emoción a la visita. Durante el trayecto se disfruta de unas vistas sin igual y de la brisa fresca del mar, mientras el verde de las montañas se funde con el azul del océano. Recomiendo que os reservéis esta actividad para cuando llega el atardecer… Sin duda, Pan Azúcar se ha convertido en uno de mis rincones favoritos de Río de Janeiro para ver las puestas de sol.
No me podía despedir sin hablar de la Conferaçao Brasileira Futebol, el ente rector de fútbol en Brasil con sede en Río. Se encarga de gestionar el Campeonato Brasileiro de Futebol, la Copa do Brasil, los torneos regionales de la Copa do Nordeste y la Selección Nacional de Fútbol de Brasil. Seas o no amante de este deporte, vale la pena ir y visitarla. Los brasileños lo llevan en la sangre ¡Es parte de su cultura! Además, podréis haceros foto-recuerdos con los jugadores, ya sea celebrando un gol, junto a la copa, con una foto de equipo… ¡Yo me las hice todas! Aquí os dejo algunas… Mucho mejor que un selfie, ¿O no?
Volvería a ir mil y una veces más a esta ciudad tan mágica… Espero que podáis disfrutarla en alguna ocasión y que puedan serviros mis consejos. Como dirían allí: ¡Até a próxima!